Y es que siempre, parece que se dice lo mismo, pedalear es un placer, pero si es en otoño y en buena compañía, pues miel sobre hojuelas. Y en esta ruta y en esta ocasión, lo dicho se ha cumplido sobradamente.
Este sábado se nos presenta un tiempo de otoño magnifico, de naranjas y ocres, incrustados en un cielo puro azul celeste, así que están todos los ingredientes para que una sinfonía de color nos envuelva en todo el camino.