Ruta por entre un mar de olivos, constante de olas, de norte a sur y de este a oeste, verde sin pausa, que nos adentra en parajes ancestrales, territorios de gran riqueza que supieron apreciar nuestros antepasados recientes y más antiguos, aquellos primeros pobladores que pusieron raíces iberas y romanas en lo más profundo de nuestro ser.
Es una ruta para aprender haciendo deporte, nuestro deporte favorito que es la bici de montaña, y que nos va a meter como en una cápsula del tiempo, que nos permite viajar por espacios de otras épocas, en las que vivían otros hombres y mujeres que sin lugar a dudas dieron lugar a lo que somos actualmente.
Toda esta aventura, esta ruta genial de matices riquísimos, empieza en la población de Puente del Obispo, lugar en donde comenzamos nuestro pedaleo cruzando sobre el espectacular puente que usamos para superar el rio Guadalquivir, que con poco caudal y como perdido entre abundantes cañaverales y espesos tarajes, nos saluda tímidamente al pasar.
El puente del Obispo, uno de los primeros del renacimiento hispano, está formado por 4 bóvedas desiguales de cañón, de sillería de arenisca, aparejada en hiladas de altura también desigual. La rasante es inclinada, y tiene una torre cuadrangular en su extremo más alto. Las pilas que sostienen los arcos, poseen tajamares, y se remata con un pretil de fábrica.
La torre posee en su interior una capilla, que tiene acceso desde la calzada del puente, mediante una puerta con arquivoltas, situándose a ambos lados de la misma sendas lápidas con inscripciones alusivas al obispo de Jaén, D. Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, que fue quien lo financió. Sobre la puerta, tres escudos reproducen las armas del prelado. En las tres caras restantes de la torre, se presentan ventanas abocinadas y de medio punto, rematadas igualmente por escudos. (Información obtenida de la Wikipedia)
A partir de este instante, toca una subida constante, por carriles de tierra con intervalos de fuertes pendientes que llegan hasta el 16 %, hasta acceder a la localidad de Begíjar primero y la gran y espectacular Baeza, a la que accedemos por su cara oeste.
Baeza es un municipio de España, la ciudad capital de dicho municipio y cabeza del partido judicial homónimo. Se encuentra en el mismo centro geográfico de la provincia de Jaén (al noreste de la Comunidad Autónoma de Andalucía) enclavada en la comarca de La Loma de la que se considera su capital occidental.
En la actualidad es conocida por su ingente producción olivarera, su abundante legado monumental (habiendo sido declarada, junto a Úbeda, ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), y por ser sede universitaria desde el siglo XVI, albergando hoy día una de las sedes de la Universidad Internacional de Andalucía.
Denominada "Nido Real de Gavilanes" por el romancero, fue un punto clave en la conquista de al-Ándalus por los reyes cristianos; pasando definitivamente al reino de Castilla en 1227. Atalaya sobre el Guadalquivir, la posesión de su alcázar (considerado como inexpugnable) aseguró la retaguardia castellana, la vez que supuso una amenaza constante para los reinos islámicos situados al oeste y al sur del Guadalquivir; una amenaza que se hizo efectiva durante los más de dos siglos de lucha fronteriza que separaron la incorporación de Baeza al reino de Castilla y la caída del reino nazarí de Granada (1492).
Durante el período de gran crecimiento demográfico y económico que supuso la mayor parte del siglo XVI, y aún en parte del XVII, Baeza construyó sus edificios públicos y administrativos con alto sentido de capitalidad y con la más alta dignidad, conformando así, junto con las construcciones eclesiásticas, un tejido urbano caracterizado por una monumentalidad que ha dado a la ciudad un encanto especial a los ojos del visitante.
En 1943 se fundó en Baeza la academia de las escalas de Cabos y Guardias y de Suboficiales de la Guardia Civil. (Información obtenida de la Wikipedia)
Pedaleamos por el casco antiguo y monumental, tomando un refrigerio junto al Pilar ubicado en la Plaza de Santa María, para continuar ruta tomando ahora la dirección hacia la localidad de Ibros, primero y la Estación de Linares-Baeza, superando por un bellísimo puente, el de rojizas aguas rio Guadalimar que vamos ahora compañando por su orilla derecha, dirección suroeste, para a unos 5 kms, desviarnos a la derecha y ascender suavemente hasta las ruinas íbero-romanas de Cástulo.
Cástulo (del latín Castŭlō, y éste del ibero Kastilo; en griego clásico Κασταλῶν, Kastalōn) es el nombre de una antigua e importante ciudad ibera, capital de la Oretania. Sus ruinas se ubican en el municipio español de Linares, a unos 5 km al sur de su núcleo urbano. Su acceso se realiza a través de un desvío debidamente señalizado en la carretera JA-4102 (Linares-Torreblascopedro). En sus inmediaciones se erige en la actualidad un Centro de Interpretación para la recepción de visitantes, junto con un aparcamiento.
La ciudad iberorromana de Cástulo se encuentra localizada en el Alto Guadalquivir, en la provincia de Jaén, en las estribaciones de Sierra Morena, configurándose como nexo de unión con la meseta peninsular. Plinio el Viejo la utiliza como marca para definir parte de las dimensiones de Hispania. Se emplaza en una de las terrazas de la margen derecha del río Guadalimar, habiéndose estudiado vestigios del asentamiento tanto en las laderas como en una meseta amurallada ubicada en los cerros de Plaza de Armas y de La Muela, a unos 300 msnm, controlando un ámbito visual extenso que domina la vega del río.
Si bien sus orígenes se remontan al Neolítico, seguramente debido a su estratégicamente situación es lugar de asentamiento de civilizaciones sucesivas del Bronce Medio, íberos, romanos y en época medieval, con oscilaciones en su gloria y esplendor. (Información obtenida de la Wikipedia)
No pudimos visitar en profundidad el Yacimiento, ya que incomprensiblemente para nosotros cerraba de 14 a 14:30 lo que hizo que nos quedáramos con la puerta en las narices. Después de tanto esfuerzo, la odiosa burocracia nos mostró su cara más cruel e indolente. Desde este humilde espacio queremos lanzar nuestra fuerte protesta, ya que considerarmos injusto semejante planteamiento.
Con las orejas gachas, salimos del Yacimiento de Cástulo para seguir junto al rio Guadalimar cambiándonos de orilla y dirigirnos directamente hasta la población de Guadalimar, un típico poblado agrícola surgido de la puesta en regadío de estos terrenos.
Después de un ligero avituallamiento y aprovisionarnos de agua, toca pedalear ahora por la Vía Verde de Guadalimar, en muy buen estado de conservación. Los kilómetros se suceden veloces, por un terreno de muy buen firme, grandes puentes y largos túneles que evitan las lógicas dificultades del terreno. Muy cerca de Torreblascopedro, y luego de disfrutar unos 8 kms de vía verde, se termina lo bueno, aunque seguimos momentáneamente el trazado del antiguo trazado del tren, ahora ya muy deteriorado, para finalmente abandonarlo y seguir campo a través, entre el mar de olivos, carriles olivareros, zigzagueantes y entretenidos en subes y bajas, hasta desembocar en la comarcal JV3054 que conecta la menciona población de Torreblascopedro y Puente del Obispo, nuestro punto de destino final.
Ha sido una ruta épica, muy bien trazada y preparada por nuestro colega Quico, al que es de justicia dar las gracias, por obsequiarnos con tan bello regalo.
Datos de la ruta:
- Bikers: 10
- Recorrido: Circular, 63 kms.
- Itinerario: Puente del Obispo-Begíjar-Baeza-Ibros-Estación FC Linares-Baeza-Yacimiento de Cástulo-Guadalimar-Vía Verde de Guadalimar-Puente del Obispo.
- Índice dificultad IBP: 62. Media. Ver más datos IBP aquí>>>
- Tiempo en movimiento: 5 h 17 min; total 6 h 16 min.
- Acumulado: 983 m subiendo; 994 m bajando.
- Media en movimiento: 12 kms/h
Track y perfil de la ruta:
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