El domingo 23 de abril de 2023, celebramos la XXII edición de la Ruta Hiponova. Esa que hemos conocido en circunstancias tan diversas y diferentes: nublado, con lluvia, con mucha agua, con barro, con frio, con sol, con calor..., y ahora nos ha tocado, por desgracia, conocer esos queridos y familiares paisajes sufriendo una terrible y continuada sequía, vamos ni "gotica" de agua.
Suelo estresado hídricamente por la falta continuada de lluvia, nada de agua en los arroyos de Los Pinares y de Los Molinos, en los manantiales, cascadas y pozas. Las fuentes secas, y menos mal que la de la Pilona de San Cristóbal en Montefrío, no se sabe por qué arte de magia, sigue ofreciendo sus generosas y ricas aguas a los hiponov@s en el tradicional sitio de avituallamiento. Esta fuente nunca nos ha abandonado.
A pesar de todo, había ganas, muchas ganas, ya que desde que se abrió el proceso de inscripción volaron las plazas, generando sorpresa y gozosa alegría entre los organizadores.
La ruta transcurrió sin graves incidentes de consideración, menos mal, salvo el desafortunado cruce de un perro que le causó una aparatosa caída a uno de los participantes y lesiones de pronóstico reservado que hicieron que tuviera que ser evacuado rápidamente al hospital por la ambulancia de la organización. Sabemos que ya está en su casa y le deseamos una rápida y pronta recuperación de manera que lo antes posible pueda hacer su vida normal y volver a pedalear por carriles y senderos.
En esta ocasión, no vamos a volver a describir con detalle, por enésima vez la Ruta Hiponova. Nos remitimos al enlace existente en este mismo blog.
En cambio, nos apetece más hablar de lo que hemos llamado la cara oculta de la Hiponova. Contar información de sus entresijos organizativos, de lo que nadie ve, de lo que se hace antes, durante y después de la ruta, y que probablemente la mayoría ignora y solamente unos pocos imaginan. Creemos que es interesante contar los pasos dados para que se autorice la prueba y desarrolle de cabo a rabo, para que se conozcan y de alguna forma se pueda valorar mejor tanto desvelo, quebraderos de cabeza, esfuerzo y dedicación.
Todo empieza con el momento en el que se decide la fecha. Tradicionalmente la Hiponova se vino haciendo durante muchos años el 1 de Mayo. Luego por imperativo legal, es decir, la normativa de la Dirección General de Tráfico, se prohibió la realización de eventos que implicaran el uso de carreteras cuando había días con operaciones especiales de tráfico. Consecuencia, que no autorizaban la Hiponova en esa fecha, por lo que tuvimos que migrar al inmediato domingo anterior, y así lo venimos haciendo desde entonces. Cuando se den circunstancias favorables, volveremos al 1 de Mayo.
Elegida la fecha, toca a primeros del año en curso, enero, comenzar con el proceso de solicitud de permiso: Autorizaciones de paso por los ayuntamientos correspondientes: Villanueva Mesía, Montefrío e Íllora. Obtención del informe de paso favorable por Los Pinares que expide Medio Ambiente. Solicitud de informe favorable de la Dirección General de Tráfico, lo que implica, presentación del track, rutómetro, puntos de control, contratación de seguro, plan de emergencia y evacuación. Con todo eso, si todo es favorable, Delegación del Gobierno da el visto bueno y se emite el correspondiente permiso. Todo esto puede tardar, digamos un par de meses.
A la vez, se pone en marcha el proceso de diseño del cartel y de regalos conmemorativos. A calentarse la cabeza de lo lindo, para pensar algo que sea atractivo y económicamente viable. Seguidamente toca llevar a cabo la inscripción de corredores y recogida del pago de las mismas. Lo que es bastante laborioso, sobre todo con el tema de las tallas. La empresa Global-Tempo nos ofrece toda su infraestructura, experiencia y conocimiento y nos ayuda muchísimo en todo este trabajo.
También hay que ponerse en contacto con empresas colaboradoras y patrocinadoras, Protección Civil del Poniente Granadino, Montefrío, Loja..., para conseguir su preciosa profesional ayuda en los estratégicos puntos en los que hay más tráfico, conflictividad y peligro.
Hay que buscar y comprometer, también personal voluntario para desplegarse por todos los más de 20 puntos de control, tarea que tradicionalmente vienen desempeñando los socios y amigos de la Peña de MTB Los Pinares.
Un par de días antes del gran día, toca señalizar los casi 50 kms de recorrido. La Hiponova tiene desde el 1 de Mayo de 2005 una señalización fija (paneles informativos en Villanueva Mesía y Montefrío, carteles indicadores, postes de madera de dirección) y últimamente cartelitos de dirección, cinta amarilla personalizada y flechas de cal sobre el suelo. Son dos días de intenso y esforzado trabajo para que todo quede clarito y que nadie se pierda o despiste, algo sumamente difícil, pero que se procura hacer del mejor modo posible y poniendo "los cinco sentidos".
También hay que recibir los regalos conmemorativos y dorsales. Ordenar por tallas. Preparar la bolsa del corredor con lo que se vaya a entregar a cada participante: bridas, publicidad, dorsal, regalos, etc... Algo sumamente complicado y laborioso, ya que siempre hay errores humanos insalvables y que todos debemos aceptar. Citar a los participantes y control de la entrega de la bolsa, algo que también tiene su coste de tiempo y esfuerzo, pero que se realiza con gran alegría, ya que supone el primer contacto en directo con los hiponov@s, con nuestra gente. Saludos, abrazos y buenos deseos suenan en alegre alborozo.
Y todo queda listo para el esperado día que empieza con un fenomenal madrugón para montar la infraestructura de vallas, barras de bicis, arcos, carpas, pancartas... Recepción de corredores y entrega de sus bolsas. Firma de documentos. Entrega de la torta malena, nuestra especial barrita energética. Voluntarios y corredores para arriba y abajo. Cargar los medios de transporte para el avituallamiento en Montefrío; fruta, frutos secos, chucherías,... Ultimas instrucciones y despliegue del grupo de voluntarios y miembros de la Peña de MTB Los Pinares y de Protección Civil por todo el recorrido. Discursos de salida, momentos de recomendaciones y emotivos recuerdos. Salida neutralizada del pelotón que hace sus primeros metros escoltados por la Policía Municipal a golpe de sirena por las calles del pueblo, despertando a los vecinos que asombrados y medio adormilados, se asoman a los balcones para contemplar el llamativo espectáculo multicolor del compacto pelotón. Casi sin darnos cuenta, se llega hasta el Llano del Arco, la puerta de Los Pinares, en donde comienza la aventura de verdad. Nervios a flor de piel, un nudo en la boca del estómago y un único e intenso pensamiento-deseo: "¡Que todo salga bien! ¡Que no pase nada!"
Apenas unos minutos después de la salida de las bicis, toca el inicio de la ruta de senderismo que con sus correspondientes guías disfrutan del entorno natural y urbano del pueblo. De esa forma los familiares y amigos de los corredores ocupan el tiempo de espera hasta que empiece la llegada a la Meta.
La maquinaria de la Hiponova ya está en marcha, son horas tensas para la organización, deseosa de que no pase nada o mejor aún de que pase todo bien y según lo programado. Chalecos amarillos y silbatos en los cruces, bajadas y lugares estratégicos. Chalecos naranja de Protección Civil controlando el tráfico, viendo pasar raudos y veloces a los que quieren luchar por llegar primeros, los grupetos de amigos y amigas que alegres y contentos disfrutan pedaleando juntos y finalmente los que van quedándose atrás, sufriendo, luchando, en duro sacrificio con la bici y con uno mismo. Sudor, esfuerzo, lucha y sacrificio.
Toca reorganizar todo en el punto de salida que debe transformarse ahora en punto de llegada. Así que hay que recolocar vallas, porta bicis, comenzar con la confección de la paella y poner en marcha los grifos para la que será la apetecible y deseada bebida que quite el polvo de la garganta. No hay que entretenerse y darse prisa, que pronto llegarán los primeros y más presurosos corredores.
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| Manojillos de espárragos regalados por las cooperativas Agromesía y Hortovilla |
Poco a poco se va llegando a la meta, cada cual a su manera y con "su hiponova en las piernas". Primero en chorreo individual, grupos reducidos y grandes grupetos, hasta el final en que lo hacen los miembros de la peña, los últimos, acompañando fielmente a los más necesitados, a la vez que van quitando las cintas y dejando todo el recorrido limpio y curioso, mejor que estaba si es posible. Lo primero que reciben, después del aplaudo afectuoso es el manojillo de espárragos. Ya tienen para la sopa o la tortillita para la noche .
Alegría de estar de vuelta sanos y salvos, con caras de satisfacción por haber superado la prueba y dureza que impone la Hiponova. Toca hidratarse, cerveza y refrescos gratis para todos, un riquísimo plato de paella en charla relajada y amistosa intercambiando momentos, situaciones vividas, sentimientos... Amigos todos. Mientras comienza la entrega y sorteo de regalos, vamos quedando ya citados para la próxima Hiponova. Abrazos, despedidas. "¡Venga, nos vemos el año que viene."
Pero aquí no termina esto. Mientras la mayoría regresa cansados y orgullosos a sus casas, quedan los sacrificados voluntarios desmontándolo todo, limpiando y recogiendo basura, cargando vehículos, guardando material, los arcos, las vallas...
Y ahora sí, todo ha quedado en orden, limpio y perfecto, llegando por fin, el ansiado y amistoso momento de tomar un café que sabe a gloria y sirve para crear el ambiente perfecto para contar impresiones, anécdotas, situaciones vividas, la mayoría, por suerte, positivas, propuestas de mejora, valoraciones, de manera que es el momento de suspirar, relajarse, descansar de verdad... Esta Hiponova apenas ha terminado y ya se oye decir eso de: "para el año que viene haremos..."
Bueno, mañana nos vemos para quitar las cintas del Barranco Pinares, ¿no?
Datos de la cara oculta de la Hiponova:
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