Después de una semana de intensas lluvias, llegamos al domingo con las ganas de pedalear a tope. Por ese motivo, nos planteamos una ruta huyendo del barro, y en la que el carril asfaltado o cementado sea constante, ya que el terreno muy remojado hace imposible el pedaleo.
Así pues, nos pedaleamos ir hasta la Cruz de Marino en Salar, kilómetros para rodar, con algunas fuertes pendientes.
Salimos de Villanueva Mesía, atravesando la trampilla sobre el rio Cacín para subir hasta La Catalana.
Desde allí tomamos dirección hasta la Venta de Huétor Tájar, para tomar la vía de servicio de la A92 hasta el cruce de Salar.
Dejamos este cruce dirección Loja, pero pronto nos giramos a la izquierda hacia la zona del cortijo del Lagarillo, que dejamos a nuestra derecha.
Subimos por el carril que pasa por el cortijo Liñán y se adentra en Salar.
Pasamos por la iglesia, para encaminarnos por el carril que va hacia Los Barrancos, aunque nosotros al pricipio giramos a la derecha pasando por la Casa de la Pradera y cruzamos el arroyo de Salar, que viene bastante crecidito.
Con toda la pericia del mundo es superado para a partir de este momento, iniciar las empinadas rampas, siempre a la izquierda, que en continuado esfuerzo nos ponen al pie de la Cruz de Marino.
Las panorámicas son espléndidas y la Sierra de Loja apenas se ve, oculta por las densas nubes amenazantes de lluvia. Además un intenso viento, helado, nos hace tomar rápidamente el refrigerio y algunas fotos.
La vuelta la hacemos por el mismo camino, con la variante de que no lo hacemos por La Catalana, sino por Huétor Tájar y carretera hasta Villanueva Mesía.
Antes de nada, aprovechamos para observar impresionados la gran crecida que trae el rio Genil a su paso por el puente de Huétor Tájar.
En definitiva, mucho frio y un viento del que tira al suelo, lo justo para llegar de vuelta altamente satisfechos.
- Bikers: 2
- Recorrido: 35, 5 kms
- Tiempo: 2 horas 32 min
- Acumulado: 351 m
Track de la ruta:
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